Yo tengo una perrita, una bella mestiza que rescaté de Dios sabe qué destino horripilante en casa de alguien que no la adorara como lo hacemos mi familia y yo… Se llama Shera y es un amor. Cuando me siento sólo me doy cuenta de que ella siempre está conmigo, a mi lado… Cuando me siento triste se me acurruca y busca consolarme con su presencia… Cuando estoy contento, disfruta conmigo y se alegra y juega alborotando y trayéndome toda suerte de juguetes para compartir mi alegría… Es mi querida, queridísima amiga… es mi compañera de batallas perdidas, mi aliento cuando lo pierdo y mis mejores momentos siempre los relaciono con ella… Quererla es tan fácil como respirar.
¡No les hagáis daño porque mi ira traspasará la pantalla de vuestro Pc o vuestro móvil y os atravesará como un rayo cósmico virtual que no permitirá que vuestra vida sea agradable! Es una promesa.